Francisco Bores fue un pintor español perteneciente a la generación del 27. Se formó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y participó en la exposición de arte de la Sociedad de Artistas Ibéricos en Madrid en 1925. En 1927 se trasladó a París, donde estableció su residencia permanente y comenzó a relacionarse con los círculos de artistas de la ciudad. Bores desarrolló un estilo propio de gran originalidad, que lo convirtió en uno de los artistas más destacados del panorama artístico parisino. Su obra es característica por sus intensas pinceladas, una técnica que el propio Bores denominó como "el grafitismo", y por su dominio del color. El artista se inspiró en los movimientos artísticos de vanguardia del momento, como el surrealismo y el cubismo, aunque siempre mantuvo una gran independencia creativa. Durante la década de los años 40, su obra se caracterizó por una mayor abstracción, en la que predominan formas geométricas y líneas curvas. En sus cuadros de este período, el color adquirió una mayor relevancia, combinando con destreza tonos pasteles y oscuros, y las formas se hicieron más esquemáticas. Francisco Bores es uno de los artistas españoles más destacados de la segunda mitad del siglo XX. Su obra se encuentra en numerosas colecciones de museos de todo el mundo, incluyendo el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y el Museo de Arte Moderno de Nueva York.